Reventón de Primavera.

La senda de la verdad
me encaminó a la aventura,
mostrándome un manantial de sueños,
un mundo frondoso de sensaciones.

El misterio no existe si uno no quiere,
hay que provocarlo como el aire provoca al fuego.
Aguas cristalinas, troncos de barro,
como el corazón que envuelve las colinas.

¿ Es la tranquilidad un estado permanente?
¿ Será el silencio un estado latente?
La naturaleza responde
con su dulzura y su fuerza.

Reventón de Primavera
agita un alma sincera
cuando la fuerza de los elementos
invitan a un espectáculo oculto.

Veo lo que creo,
creo lo que veo.
La sangre derramada
de unas entrañas de piedra.

Es la metamorfosis de la tierra,
el nucleo se desvanece
y revienta su llanto,
que a la vez es alegría.

Las flores son silvestres,
el hombre se empeña en lo contrario.
El agua es la vida azul
de los pájaros de la sierra.

Me olvido de lo externo,
quiero ver ese interior,
sentir la raíz infinita de esa cola de caballo
transparente como el cristal del cielo.

Desafío de poder
son mis manos en el monte.
No sé quién puede más,
mi alma fría o la roca.

Cerca de la boca
de ese hueco natural,
me llega el sonido de las gotas de agua,
como el arpa a dos sentidos.

Una inmensa bocanada de agua fresca,
unos chorros de placer
disimulan el crudo interior
de un Reventón de Primavera*.

Antonio López Herreros
*Poema dedicado al nacimiento del Río Mundo en Riopar (Albacete)

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