Los Comunnity Manager: los nuevos amantes de la música.

Desde que estuve por primera vez en Silicon Valley, la cuna de la tecnología, observé como el medio de comunicación más importante del momento, Internet, estaba dando lecciones constantemente a la industria musical. La primera de ellas, fue Apple, creando iTunes la primera tienda legal de música digital, hace ya más de una década.

Después del auge de las páginas webs, y con el nacimiento de las primeras bitácoras o blogs, surgen los bloggers, un híbrido de escritores y periodistas que han tenido gran repercusión en el asesoramiento sobre la moda y la tecnología, entre otros sectores.

A partir de ahí, y con la revolución de las redes sociales se han generado unas nuevas profesiones que están adquiriendo cada vez mayor protagonismo, la más importante de todas es la figura representada por el Comunnity Manager, un divulgador online que hace la selección de información que le hace llegar al público, teniendo en cuenta diversos factores como el perfil social, la edad y la hora punta de conexión a las redes sociales.

Así se define desde el Twitter de mi incubadora de startups (Los Ángeles de la Música) a esta figura:

@AngelesDeMusica: Un gran #CommunityManager hace de un link una cadena humana. Aquí os dejo uno de @Bromas_Aparte: http://t.co/ikeF30R38J GRACIAS @OmsRomero!

Así lo siento, estas personas están consiguiendo hacer con la música lo que hacia tiempo las gran industria y la radio no hacía: EMOCIONAR a las personas resaltando el valor principal de un artista musical: el TALENTO. Es por eso que el Community Manager desempeña una función de director artístico y marketing, ya que conocen y valoran el talento y saben a ciencia cierta lo que la gente quiere, algo que hoy en día solo se sabe sí pasas al menos ocho horas en las redes sociales.

Y así es como uno de convierte en lo que se conoce como «influencer», aquel que influye en la decisión de sus seguidores. ¿Por qué? Porque la gente no es tonta y detecta donde hay verdad en el buen hacer y como están pensando en ellos como destinatarios finales, por eso se dice que «el público es soberano», porque es el que tiene la última palabra.

La música parece que está saliendo de los despachos de las antiguas industrias para conquistar el espacio binario.

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